La responsabilidad social en las organizaciones. Qué es y qué aporta.
La responsabilidad social es un sistema de gestión que todo tipo de entidades y organizaciones emplean para, por un lado, incrementar su competitividad y por otro a optimizar su contribución al desarrollo sostenible y la justicia social.
Las administraciones públicas tienen la importante tarea de promover el bienestar general y el bien común, pero su papel va más allá. Pueden convertirse en un actor fundamental en dos frentes: por un lado, educando a empresas, organizaciones y ciudadanos en cuestiones de responsabilidad social, con el objetivo de difundir prácticas sostenibles y responsables. Por otro lado, a nivel interno, deben ser conscientes de su impacto social, ambiental y económico y adoptar prácticas éticas, transparentes y con una buena gobernanza.
Desde esta perspectiva la mancomunidad con el apoyo de la Dirección General de Calidad Democrática, Responsabilidad Social y Fomento del Autogobierno ha iniciado diversas actuaciones encaminadas a ser una entidad socialmente responsable. Así se han llevado a cabo acciones divulgativas y formativas para dar a conocer la responsabilidad entre el colectivo empresarial, las organizaciones que integran la sociedad civil y la propia ciudadanía en el ámbito de actuación de la Mancomunidad La Vega.
¿Por qué gestionar una organización bajo los principios de la responsabilidad social?
¿Por qué gestionar una organización bajo los principios de la responsabilidad social?
La responsabilidad social, lejos de ser un punto de llegada, es una forma de entender la gestión de una entidad, sea pública o privada. El punto de partida es la toma de conciencia sobre los impactos que la actividad de la organización genera en las esferas económica, ambiental y social y también la asunción de una serie de principios éticos que, más allá de las exigencias normativas, deben regir el gobierno de la entidad.
Las administraciones locales y las organizaciones que operan en ellas son agentes con una intervención clave sobre el territorio y las personas que habitan en él. En ellas residen servicios esenciales con incidencia directa en el cuidado del medio ambiente o el cuidado y bienestar de la ciudadanía y son responsables también de difundir información capaz de cambiar hábitos, generar conocimiento y propiciar conductas responsables. Son por tanto, vehículos de sostenibilidad en su sentido más amplio.